Durante la espantosa pandemia del año veinte Zambayonny plantó un árbol, tuvo una hija y escribió este libro, que es un mapa lleno de anécdotas y guiños para un público muy específico: sus seguidores. «Desde 1990 hasta ahora», dice el autor, «no hubo día en que no haya escrito un verso, o apuntado una idea, o corregido un texto, o inventado una melodía. Absolutamente siempre estoy haciendo un disco». Uno tras otro, los acontecimientos profesionales más destacados del músico se despliegan aquí con el ritmo de un peculiar orden erigido en tres pilares: los discos, las mudanzas y los mundiales de fútbol. El resultado es un libro nunca antes visto sobre el lado B del oficio de escribir canciones: las historias secretas detrás de cada una, pero también los recursos de su infinita caja de herramientas.
«Zambayonny nos abrió la puerta, maduro en su habla de artesano de su propia celda, sin responsable directo en la brigada. Había rima, había roce, había encanto, trance, himno, payada y narrativa sin igual».
Vas a poder participar de reuniones, sorteos, streamings, ficciones sonoras, concursos y, sobre todo, la experiencia única de contar historias sin nadie en el medio.
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