El 1 de mayo, mientras el mundo se tomaba un merecido descanso laboral, Orsai hizo historia: apenas pasadas las 20, Hernán Casciari y su madre, Chichita Carabajal, salieron a escena para estrenar «La señora que me parió», la primera obra de teatro comercial producida por 126 socios distribuidores. Se trata, además, de la primera producción teatral de Orsai que llega a la legendaria calle Corrientes. La emoción todavía es gigante.
La participación de los socios en el proceso fue muy activa y democrática: votaron el nombre de la obra, los pósters para la marquesina y hasta participaron de los ensayos previos al debut. Después de varios meses de trabajo, «La señora que me parió» reventó la sala Pablo Picasso del Paseo La Plaza, con un público que aplaudió de pie y ovacionó con aplausos, papelitos y vuvuzelas.
Cómo es convertirse en productor de teatro de la noche a la mañana
Como siempre decimos, detrás de cada socio hay una historia, y Daniela Villalba, Simón Ciubotariu y Diego Pokorski son tres de esas 126 historias. En el nuevo episodio del podcast de Orsai, cada uno contó cómo vivió la experiencia de convertirse, de manera inesperada, en productores y distribuidores de una obra de teatro comercial.
Daniela es psicóloga, trabaja en casos de violencia de género y, como Casciari, es oriunda de la ciudad de Mercedes. Ella corre con ventaja: por un lado, puede imaginarse a la perfección los lugares que nombran los cuentos, porque los conoce; por el otro, su costado profesional goza con los traumas que se plantean en la relación madre-hijo. Para ella, hacer teatro junto a Hernán y Chichita fue una experiencia sanadora.
Simón, por su parte, es un socio vitalicio de Orsai: forma parte de la Comunidad desde tiempos inmemoriales y participó de todos los proyectos audiovisuales. Recuerda especialmente el de «La uruguaya»: radicado en Israel, confió tanto en la película que le prometió a su esposa que un día pasearían por la alfombra roja de un festival de cine en Europa. Lo cumplieron cuando, años después, «La uruguaya» se proyectó en el BCN Film Fest, en Barcelona, donde además ganó el Premio de la Crítica y el galardón a Mejor Actriz. Hacía ocho años que no pisaba Argentina, y el destino quiso que su viaje coincidiera con el estreno de la obra.
Como a tantos otros, a Diego Pokorski, la paternidad y la pandemia le trastocaron la cabeza: encerrado en su casa y sin poder trabajar de actuario, que ni él sabe bien de qué se trata, se fanatizó con los streamings de cuentos de Casciari de cada sábado y se subió al tren de los proyectos audiovisuales sin importarle que pudiera perder plata: quería vivir la experiencia de producir cine. Participó en todas las producciones de Orsai Audiovisuales de «La uruguaya» en adelante y entró por la ventana como socio distribuidor de «La señora que me parió», por un remanente de vacantes del que se enteró de pura suerte.
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De producir cine a mansalva a subirnos a las tablas
Así como el año pasado nos la pasamos haciendo cine con «Cinco pelis», la producción de obras de teatro comercial es el gran propósito de Orsai para el 2024. Por eso, a principios de año convocamos a los miembros de la Comunidad a participar del proyecto, con la novedad auspiciosa de que su inversión inicial estaría asegurada: no perderían un peso. Las vacantes volaron y 126 afortunados y afortunadas lograron formar parte de la primera idea: un espectáculo de cuentos de Casciari en el que el escritor sería humillado en vivo y a la vista de toda una sala por su propia madre, Chichita.
«La señora que me parió» puede verse todos los miércoles y los jueves a las 20, durante los meses de mayo y junio, en la sala Pablo Picasso del Paseo La Plaza —Corrientes 1660, Capital Federal—.
Las entradas están a la venta por Plateanet o en las boleterías del paseo.
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